El Mar a la Constitución


Por Marcos Gallardo Pastore. 

Magister en Ciencias Marítimas y Navales – AGN, Diplomado en Derecho del Mar y Marítimo – PUCV, Director de la Liga Marítima de Chile.

Las cifras económicas que reflejan el beneficio que tiene del Mar de Chile para el país son realmente impresionantes: más del 94% del comercio internacional, con todo el impacto que ello significa, se mueve por mar.

En cuanto a su carácter geográfico el territorio marítimo respecto del territorio terrestre es superior: más de cinco veces en tamaño y con la capacidad de unir las tierras ubicadas en tres continentes: América, Oceanía y la Antártica. Y las comparaciones pueden seguir, desde las reservas alimentarias en términos de  fuentes de proteínas hasta una vasta minería, metálica y no metálica.

Chile posee un océano, que en lo material, efectivamente, responde a la promesa de nuestro himno: promete futuro esplendor. Cabe preguntarse: ¿qué se requiere para ello?

Desde luego que la exploración y explotación responsable en términos del respeto del medio ambiente y de las generaciones futuras; el desarrollo de una legislación orientada al establecimiento terrestre para que no continúe contaminado las aguas; y el impulso de políticas públicas para fomentar una conciencia nacional que mire al mar como su principal fuente de progreso, son algunas consideraciones a practicar.

Nuestro país, todos los chilenos, es propietario de un inmenso patrimonio real que a la fecha, se ha tratado como una propiedad inmaterial, que se transmite en la cultura y en ciertas tradiciones u oficios, principalmente, debido a un desconocimiento de su real dimensión y porque tiene un carácter dinámico y creciente en cuanto a sus posibilidades, que no alcanzamos a darnos cuenta.

Estas características que son causa inmanente en el tiempo es lo que obliga a enfrentar muchos desafíos, entre otros, el establecimiento de planes educacionales desde el nivel preescolar hasta la educación superior que permitan el conocimiento y la generación de profesionales para desempeñarse en el medio marino.

Para que este patrimonio inmanente se transforme en uno trascendente, resulta innegable que debe contar con una adecuada protección jurídica. No es suficiente la existencia de leyes que, según las necesidades, vayan apareciendo, muchas veces, inconexas entre ellas mismas. Dicha protección requiere estar en el sitial más alto del ordenamiento del país y servir de guía a toda la comunidad nacional, en cuanto a servir de orientación político - estratégica y dirigir sus efectos.

Llevar el mar a la Constitución significa que este país ha alcanzado un grado de madurez suficiente para mirar el futuro con el debido optimismo que adquiere la persona cuando descubre que no solo tienen potencialidades, sino, que puede crecer sin límites a partir de ellas.

Viña del Mar, 24 de septiembre, 2021.